Este año el haberla llevado a natación de extraescolar ha dado sus frutos y ya nada ella solita, aunque yo como padre primerizo cagón prefiera estar en el agua a su lado. Pero la verdad que ya no tengo miedo porque me ha demostrado que es capaz de mantenerse, flotar, nadar, etc... Aquí os dejo un vídeo de la semana pasada, verla disfrutar así es increible, da igual tener que estar metido mil horas en la pisci porque merece la pena esa carita de felicidad.
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