Ahora os voy a contar mi experiencia con Daniella, la nieve y el esquí.
Desde pequeña quise que fuera teniendo contacto con la nieve. Los dos primeros años la llevaba de vez en cuando a que la viera, a jugar con ella, a hacer algún muñeco y con 3 años y medio fuimos un fin de semana a sierra nevada. Allí fue su primer toma de contacto con los skies jugando en la guardería y haciendo poca cosa. Ese año además subimos con el trineo varias veces y sus amigos y poco a poco le fue cogiendo el gusto a jugar en la nieve.
Con 4 años repetí la operación de ir a jugar con el trineo y esta vez,fuimos 4 días a Andorra (3 días esquiando). Esos 3 días daniella estuvo en un jardin de nieve con una cinta pequeña y allí ya empezó a deslizarse con los profes poco a poco, pero sola no porque ella es muy prudente. No obstante pasamos un puente genial y ella vino muy contenta.
Entonces el siguiente septiembre la apunté a patinaje sobre línea y decidí llevarla 3 o 4 días a Xanadú. Ir a Xanadú con ella es duro para mí porque la logística es complicada, hay que llevar mil cosas, y las 4 horas me tengo que ocupar de ella exclusivamente, pero fue la mejor decisión que tomé. Conmigo poco a poco fue cogiendo confianza y después de las 2 primeras horas de xanadu ya conseguí que bajara ella sola despacito (bueno se me olvidó comentar que yo soy profe de ski de nivel 1 sacado hace 20 años y sin ejercer, pero bueno me resulta más facil poder enseñarla). Los días posteriores que la llevé un puente que no había cole en noviembre y otro día en navidades me sirvieron para que cogiera ya confianza del todo, y aprendiera a coger la percha y a subirse y bajarse de la silla, con mi ayuda porque como dije antes es un poco miedosa.
El caso es que esas visitas al Xanadú y el patinaje en línea me ayudaron un montón y estaba seguro que en el viaje de este año iba a ver los frutos.
Pues así fue, volvimos a Andorra y este año como iba con amiguitos de su edad que estaban en su nivel les cogimos un profe los tres días 3 horas al día y el despegue ya fue brutal. Pasó del jardín de nieve encerradita a bajar por azules y alguna roja incluso bajar hasta el coche esquiando durante más de 3km, ALUCINANTE!!! Y claro a mi la baba se me cae, porque poder ir esquiando y que ella me siga detrás y vaya feliz dela vida cantando, y riendo y disfrutando para mí es algo super emocionante.
Y aquí podéis ver el resultado final:
Una experiencia más a sumar a todas las que ya estamos viviendo día a día. No puedo estar más orgulloso de la niña que tengo. Lo hace todo con ilusión, con esfuerzo y se puede ir con ella al fin del mundo porque es más buena que el pan.
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